Historias aterradoras se esconden en los túneles del tren subterráneo de la capital. Trabajadores y usuarios han vivido experiencias aterradoras en el servicio de locomoción pública.
Niños jugando en las estaciones, personas que aparecen en los vagones cuando el metro ya está cerrado e incluso lamentos en lugares sin acceso al público son parte las anécdotas.
"Te puedo dar fe que era una niña”, fue una de las frases que lanzó Roberto Piña, ex trabajador del Metro y uno de los protagonistas del episodio.
De acuerdo con Roberto, durante un turno de noche en la estación La Granja, fue a recostarse a uno de los andenes y sintió que alguien gritó su nombre. Sin embargo, al darse cuenta que no había nadie se asustó y decidió regresar al lugar donde se encontraban sus demás compañeros.
“La estación Los Héroes es un caso muy especial. Habían tres aseadoras que estaban realizando su trabajo a nivel de los andenes. En un momento determinado, una de ellas observa que hacia estación Santa Ana había una niña en el centro de las vías con una pelota. El guardia baja corriendo a los gritos de ella, para sacar a la niña. Pero, al momento de acercase, ella se desliza al menos veinte metros hacia atrás”, relató.
Según Toledo, el momento más escalofriante venía después, ya que luego que la niña se alejara emergieron dos figuras: la de un hombre y una mujer, dejando perplejos a los testigos.
“Al momento de llegar a la estación y abrir los candados de acceso, escucho risas de mujeres. Inmediatamente supuse que no estaba solo. Al ingresar, llego al anden y encuentro al vigilante leyendo un libro. Le dije que escuché risas de mujeres y fuimos a ver. Él también escuchó las risas, revisamos todos los lugares y no encontramos nada”, concluyó.
El oso de la oscuridad 🐻
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